Moulin Rouge
- Hatersub1
- 30 jul 2019
- 3 Min. de lectura
Como no podría ser de otra manera, he de empezar esta ''sección'' con una de mis películas favoritas. Y también porque ayer sin ir más lejos leí una critica en Rollins Stone del nuevo musical.
Sí, ya sé que es un musical. Y sí, que encima las canciones son versiones. Y aún así, aquí está.
Partiendo de la base que aparentemente los musicales, o te encantan o los odias; no podrás negar que el despliegue de medios de un buen musical, no suele tener igual.

Una película del 2001, Australiana con un muy buen reparto, dos Oscar y tres Globos de Oro entre otros. Si bien es cierto que no en las categorías más importantes, pero ahí están. Y realmente: ¿quiero decide que categoría es la más importante?
Y es lo que yo sentí la primera vez que vi Moulin Rouge.
Obviamente la historia, aunque aparentemente poco original de la cortesana que se enamora e intenta salir de su vida de las calles la cual en cierto modo, es la vida del artista. Mas el escritor bohemio más pobre que las ratas que es quien se enamora de ella y es quien cuenta la historia de su apasionado amor.
Esa combinación de elementos aparentemente tan vulgar o banal, te puede llevar a pensar en la crítica que supone: venderte física y realmente psicológicamente al mejor postor para conseguir tu sueño, tu pasión.

Sin embargo, también está la idea de una muestra sutil del París de 1990; con su hada verde, su preciosa y a la vez decadente estética; y esas ganas de vivir hasta el límite de los pobres, en un intento descabellado de prosperar. Sin dejar atrás el placer.
La película no termina de transportarte porque admitámoslo, aun cuando el vestuario y la dirección artísticas son inmejorables, la forma de llevar la trama no es exactamente del todo acorde a la época.
Sin embargo, cada una de sus canciones con sus coreografías, hace que esto bien poco importe.
Si te dejas transportar por el sentimiento y la gracia que ellos desprenden, la película ya en sí merecerá la pena.

Cada personaje tiene una interpretación brillante, para que ninguno te deje indiferente y cada frase si la escuchas con atención, sea algo importante.
Dejarse seducir por Satine, una Kidman que aparentemente está en su papel, pero que no sé si será por su pelo, por las sonrisas de risa semi-reprimida, la falta de cirugía estética (comparando con la que tiene ahora) o que se enamoraba tiernamente de Ewan McGregor oyéndole cantar; pero su actuación no hace más que sorprender y créeme que te llega al corazón desde el inicio hasta el flagrante final. Si te lo permites a ti mismo, te sorprenderás comprendiéndola, siendo capaz de ponerte sus zapatos.
Como avance desde esta película a la actualidad, también puedes ver esos toques machistas durante toda la película, que son sutiles, pero claves. Obviando el claro hecho, de que ella es una ''cortesana'' además de principalmente, considerarse actriz.
Lo cual debería en la actualidad colocarnos en otro plano emocional. Pero a mí parecer, simplemente muestra la realidad que tenemos en la actualidad (algo más encubierta ahora mismo) del concepto de propiedad en la pareja.

El amor furtivo, preciosamente engarzado en letras ocultas por la música, y descubiertas por las miradas que en contadas ocasiones hablan más claro y alto que la música, son detalles que no debes dejar pasar.
Además de la interpretación maravillosa guiada por su magnífica voz, McGregor no hace más que reivindicar su gran talento en este ámbito.
Destacando igualmente la actuación fabulosa de Jim Broadbent, totalmente alejado de sus papeles más célebres; y de John Leguizamo.
Pero sin lugar a dudas, mi favorito y a quien no le hace falta palabra alguna: Deobia Oparei.
Es una película para los enamoradizos empedernidos, obviamente para los amantes de los musicales, y para quien le guste introducirse en un mundo que te llena de maravillas por lugares y aspectos que no esperabas.
No está creada para la crítica basada en la ambientación ni en las complicaciones serias de la época que representa.
Disfruta de las miradas y de su música; de su estética y de la diversión que tras ella hay. De esas ganas de vivir con una banda sonora, que sin lugar a dudas merece la pena.

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