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Mahō Tsukai no Yome, la calavera más fría y sexy que podrás encontrar.

  • Hatersub1
  • 3 oct 2019
  • 4 Min. de lectura

The Ancient Magu's Bride, anime basado en el manga creado por Kore Yamazaki que actualmente cuenta con 9 volúmenes y la historia aún está inacabada, en su versión televisiva cuenta con 24 capítulos y en principio aparece como finalizada (2017).

Es una de las apuestas de Netflix en su catálogo de este tipo de animación y series.

Con un 7,2 en Filmaffinity, esta serie no te va a dejar indiferente. Pues tras su estrambótica presentación inicial con un protagonista cuyo rasgo principal es que por rostro tiene una calavera de un animal, todo lo demás solo hace que mejorar.


Elias Ainsworth, un hechicero al que durante toda la serie le llaman el incompleto, compra en una subasta a la verdadera protagonista de esta serie; Chise Hatori, presentada como una chica completamente perdida, maltratada y sobretodo: deprimida.

Me parece importante este punto, porque el desarrollo del personaje desde el inicio al final de la serie, es lo que más me ha gustado. No empieza mal en el primer capítulo y está bien en el segundo: como en la vida, ella tiene su proceso, y en cada capítulo se observa una lenta evolución que junto con el argumento de la serie, introduciendo nuevas explicaciones de las características del mundo en el que viven, ella va superando esa parte de si misma, encontrándose de alguna manera.


Empezando porque, joder, tiene 15 años. Los japoneses y su típica manía con las chicas jóvenes. No sé vosotros, pero yo a los 15 estaba super perdida en la vida.


Y también por eso tiene un punto a su favor, porque aun cuando la serie REALMENTE gira entorno a encontrar el verdadero propósito de su existencia (como el de la mayoría de nosotros) realmente aunque pueda llegar a parecerlo porque es comprada por el que será su mentor y futuro esposo, ella tiene las cosas claras respecto a muchas cosas.

Esa lucha de machismo y a la vez seguridad en una protagonista mujer como símbolo de valor personal inconmensurable, personaje que se supera a sí mismo y evoluciona, valiente y sacrificado, me fascinó.


Dragones, banda sonora envolvente y unos colores que sólo la magia y hechicería podrían llevar al mundo, la serie visualmente no tiene ningún desperdicio. Realmente el argumento puede parecer bastante básico, salvar a Chise, mientras descubre sus poderes y realmente se preocupa más por los demás que por si misma.

Pero para cuando empecéis a ver la serie y os escandalicéis con la compra de una esposa (esclava vaya) no os dejéis engañar por la superficie; la serie en sí es una muestra del poderío real de las mujeres sobre los hombres, pero eso sí, desde una perspectiva japonesa.

El desarrollo de Elias es casi tan importante y a la vez tan humano como el de Chise. No se puede juzgar el comportamiento de alguien que intenta comprender a los humanos, como si fuese uno de ellos. E ahí la guinda de la serie. Como los dos protagonistas se unen para evolucionar juntos.

Que realmente por sus características no son los más adecuados para ayudar a solucionar los problemas de cada uno, pero como en la realidad, a veces la persona más correcta no es la que necesitas.

Mientras Chise avanza, parece que Elias se va convirtiendo más en un niño; no es así como empezamos todos, siendo niños? Y por eso os animo a verlo desde un punto de vista más profundo de lo que pueda llegar a parecer.


Algo que maravilla, es que en el propio desarrollo de la serie, aunque pueda llegar a parecerte monótona por tener un ritmo cardiaco relajado, en cada capítulo aprendes cosas nuevas, sin necesidad de añadir personajes constantemente.



La idea de que estamos realmente rodeados de seres mágicos que solo pueden verlo unos pocos, aun cuando en pantalla pueda parecer agobiante, realmente el anime consigue transmitirte paz de esas criaturas. Supongo que te hacen sentir algo menos solo.



El echo de que la magia, la hechicería o el mundo en sí, tiene un precio, no es precisamente original. Pero a destacar me parece un gran punto que seres de un mundo se tengan que unir con otros para poder ejercerla. El concepto de unidad en un escenario que puede aparentar sonar solitario (es algo con lo que juega constantemente la serie) no debe pasar desapercibido. Todo tiene su parte buena, y su parte mala. No debemos ver el final como algo malo, sino como el inicio de algo más.

Hay personajes para todos los gustos, y ni los buenos son buenos, ni los malos son tan malos. Todos tienen un poquito de todo. Y ese ambiente de que puedes querer mucho a los demás, pero nunca terminar de fiarte de ellos, encandila toda la historia.

Por último, el concepto de una familia disfuncional es algo muy utilizado en este género, pero nunca dejará de ser arrogantemente satisfactorio. La serie tiene ese aura de soledad que te envuelve para dejarte ese sabor de boca tan gustoso al ver el avance de personas individuales hasta quedarte con el corazón cálido por saber que ellos han encontrado un hogar.

La idea de que en un mundo lleno de magia y, seamos justos, muerte, pueda llegar a existir esa calidez, es reconfortante. Y eso que la serie puede parecer desesperanzada dada su historia, su desarrollo. Así como la constante presentación de un final trágico. Pero nada más lejos de la sensación de un final (típicamente japonés) inacabado, sientes que lo bonito es el camino disfrutando de él. Es una chispa de esperanza para poder apreciar realmente toda la belleza que hay fuera de nosotros mismos, encontrando de esta manera todo lo que tanto has ansiado encontrar.



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